Todo estaba negro, quería abrir los ojos, pero no conseguía enfocar nada,
trataba de respirar, pero al hacerlo el agua inundaba mi nariz,… mi garganta,…en
el caos pude vislumbrar un rayo de luz que atravesaba la oscuridad y mi cabeza
salió a la superficie, tome una bocanada de aire, pero éste era extraño, en
seguida pude ser consciente de que estaba rodeada por el
océano,...
confusa, porque minutos antes estaba frente a la mesa de mi
ordenador, hablando con mi amiga Yoko, estaba resfriada y no pude ir al
instituto,…no entendía qué hacía yo en medio de aquel devastador panorama, la
corriente me llevaba a la playa, pasé por la casa de los Yamaguchi, al menos era
su tejado y su gato, éste pobre maullando aferrado a sus tejas, me golpee con el
poste de telefónica que había junto a la entrada de la residencia en la
pierna,...
no pude esquivarlo, algo tiró de mi volviendo a la terrible
oscuridad, tenía que tener algo serio en la cabeza, porque al sumergirme me
escocía de tal manera que ardía en cada latido de mi corazón, ahora se veía
mejor, la carretera bajo mis pies con algunos coches arrastrados al fondo y en
su interior gente flotando atados por sus cinturones de seguridad, con sus
rostros perplejos, miradas perdidas, labios entreabiertos, la angustia por
querer respirar,...
por querer vivir se apoderó de mi y volví a intentar
salir a la superficie, mi pantalón se había enganchado en un saliente del poste,
fue aquello que me atrapó evitando la corriente, quise soltarme de ese clavo,
mis manos heladas y torpes desnudaban aquel trozo de metal vestido con la tela
de mis tejanos, conseguí de nuevo salir a la superficie, pero las fuerzas me
abandonaban lentamente, no podía seguir luchando contra la fuerza de aquella
masa de agua que me arrastraba a lo inevitable, escuchaba las explosiones de gas
que a ráfagas sonaban estremeciendo mi cuerpo,...
también oía a la gente
que había conseguido llegar a las azoteas de los edificios, me chillaban y
miraban al horizonte señalando algo que no podía ver, quise girar la cabeza para
ver más y algo afilado rasgó mi mejilla, volvía a sangrar, algo había en el agua
que hacía desaparecer los escombros bajo el mar, perdí de vista a esas personas
que lloraban sin consuelo, acongojadas, abrazadas unas a otras, miré al cielo,
era gris…apunto de llover, el humo de pequeños incendios a mi paso me quemaban
las pestañas, no pude reprimir mis lágrimas, era mi día, ¡mi último
día!,...
y no paraba de pensar en lo que había hecho esa mañana, me había
despertado mi madre como cada mañana, ella se marchaba a la oficina, llegaba
tarde como siempre, dejaba hecho el desayuno y la colada en la lavadora, Reiko,
mi hermana menor, estaba guardando los libros de ese día en su mochila de
corazones rosas, discutí con ella porque llevaba una camiseta de los SCREW que
era mía, pero se marchó, me levanté… fui al baño,… después a la cocina, cogí dos
tazones para servir el misho, uno para mi abuela que estaba escuchando las
noticias de la televisión,...
en la sala de estar, y otro para mi, en la
mesa ya estaba el resto de la comida más importante del día, era mi día, ¡mi
último día!, me preguntó si había dormido bien, si la fiebre había bajado, si
había llamado al instituto, si sabía que ese fin de semana mi padre había
organizado una fiesta por su aniversario de boda, si Shato era mi novio, si me
había terminado de comer todo…¡Shato!… el niño más mono de secundaria…me había
enviado un sms al móvil para decirme que se fugaría en el segundo patio para
venir a verme…
después de dos años de miradas, de ahora se lo digo, ahora
mejor no…hacía unos días que había decidido besarle después de clase, su olor,
sus pelo negro…¡era mi novio!…no me pude despedir de mi padre Tôru,…cuántas
veces le había visto trabajando hasta las tantas en su despacho, cuántas veces
me había llevado a la lonja a primera hora de la mañana a buscar el mejor
pescado del día, después veíamos el amanecer en el puerto tomando unos fideos en
el puesto del señor Toyama, me había enseñado todo…se había enamorado de Keiko,
mi madre, la primera de su promoción, la mejor de Kendo en todo Minami sanriku,
la primera persona que vi cuando nací,...
con quien hablaba de lo cansada
que estaba de Reiko, …mi hermana menor…, pero no era cierto…en serio que la
quería…¡los quería a todos!, y allí estaba yo en medio de un gran remolino en
medio del océano, apunto de ser engullida, tan oscuro y negro que lo tragado
jamás se veía…ese mar donde aprendí a nadar, sería mi tumba, cerré los ojos y me
dejé llevar por la fuerza del torbellino, giraba en torno a él, tomé el último
respiro y me fundí en él…era mi día…el último día de Ada Takemitsu…
Marzo
11 de 2011
Homaje a todas aquellas personas que perecen anónimamente en
cualquier desastre, pero con especial sentimiento a mi Japón.
Gracias
Hola Marrrrr,
ResponderEliminarI learn only to be contented
La cruda realidad, pero como siempre, son fuertes y se sobreponen a todo, su mentalidad es increible...
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